Nuestro día comenzó temprano, a las 6:30 a.m., no muy emocionados por lo que nos esperaba, ya que no esperábamos mucho del tour organizado de día completo en el Chaltén de Calafate.
Nos dirigimos hacia el Chaltén por la Ruta 40, que con más de 5000km es muy concurrida por motoristas y ciclistas.
El camino va rodeado por la vasta estepa patagónica, y tuvimos la suerte de avistar guanacos, cóndores y emús. También pudimos ver el problema con los guanacos, que quedan muchas veces enganchados en los vallados de fincas privadas al saltar y mueren allí.
Lo cierto es que nuestra guía nos enriqueció mucho el viaje con historias sobre la región, incluyendo anécdotas sobre el descubrimiento del Lago Argentino por Perito Moreno. El viaje de 2 horas se hizo muy corto por la calidad del contenido.
Hicimos una parada en mitad del camino en la hacienda La Leona, el lugar donde un puma atacó a Perito Moreno, y de ahí el nombre del río.
Al llegar al Chaltén, emprendimos una caminata hacia el Mirador de los Cóndores, un sitio espectacular que ofrece vistas majestuosas del Fitz Roy y el Cerro Torres. A pesar de ser una ruta corta de 1.5 km, la belleza del paisaje hace a la pequeña ruta imprescindible.
Comimos en un restaurante del pueblo para posteriormente explorar una cercana cascada, el Chorrillo del Salto, y por supuesto, no perdimos la oportunidad de fotografiarnos con el icónico cartel de El Chaltén.
Cansados pero enormemente satisfechos, regresamos a El Calafate, llevándonos con nosotros no solo recuerdos imborrables sino también una profunda apreciación por El Chaltén, un pueblo surgido en 1985 debido a tensiones fronterizas con Chile, y que hoy se erige como un emblema de aventura y serenidad en la Patagonia argentina.
Pese a nuestras reticencias iniciales, el tour resultó de lo más interesante, tal vez fuese la guía la que consiguiese ese efecto con su interacción y anécdotas...
En cualquier caso, El Chaltén definitivamente nos ha parecido un sitio para pasar varios días haciendo rutas, y de hecho nos hemos arrepentido de no haber reservado algunos días para ello.
