Desayunando en el jardín de nuestro alojamiento, nos damos cuenta de que está lleno de árboles frutales, entre ellos Maracuyás maduros, así que previo permiso de los dueños, aprovechamos para coger unos cuantos y degustarlos en el desayuno, están BUENISIMOS.
Al preparar el viaje planteamos una actividad de visualizar ballenas, que teníamos prevista para estos días, sin embargo en la ruta de los volcanes nos enteramos que podíamos ir hasta un mirador enfrente de cumbre vieja, acompañados de un guía.
Por lo que cambiamos nuestros planes para unimos a uno de estos grupos y realizar la vista.
Es una ruta geológica, de aproximadamente 40 minutos hasta que se ve el volcán cumbre vieja, donde el guía te va contando la historia geológica de la isla, desde su origen hasta llegar a las erupciones más recientes.
El día pintaba mal con las nubes tapando el volcán, sin embargo tenemos la tremenda suerte que justo al llegar al mirador se abren y podemos ver desde unos 200 metros el cráter en todo su esplendor de colores.
Nos ha gustado tanto la visita, que decidimos celebrarlo en un restaurante de Los Llanos antes de seguir hacia Porís de Candelaria, para ver el anochecer.
Poris es un pueblo de pescadores enclavado en la costa bajo una capa tremenda de roca, y el acceso por carretera se podría decir que "no está pa cualquiera", además de estrecha, tiene curvas de herradura, grandes pendientes y acantilados de caída directa al mar a los lados...
Ir con la camper nos parece inviable, de haberla tenido en este momento no nos habríamos atrevido a bajar con ella hasta allí.
Dejamos nuestro coche en el primer aparcamiento disponible (para 5-10 coches), desde el cual quedan 15 minutos caminando hasta el aparcamiento final (más grande, para unos 30 coches).
Del segundo aparcamiento sale la senda que, en unos 10 minutos caminando, te lleva hasta Porís. Al ser sábado había mucha gente visitando el pueblo y bañandose, por lo que un molesto griterío retumbaba por las paredes... pero el lugar en sí es muy bonito.
En cualquier caso viendo cómo era la carretera, decidimos no quedamos a ver el anochecer y subir mientras haya luz y así llegar con tiempo a cenar en el restaurante "La Muralla", que tiene buenas valoraciones y un mirador a la costa.