Tras nuestra primera noche en una camper, pensamos que la cascada de los Tilos tendría bastantes visitas un domingo, lo que unido a que la carretera de acceso es muy estrecha y con pendiente, nos animó a irnos antes de que empezasen a llegar los coches, y así desayunar tranquilamente en el aparcamiento de la ruta del Cubo de la Galga.
Un acierto completo, porque el aparcamiento del Cubo de la Galga es bastante pequeño y no caben más de 10 o15 coches.
La ruta que elegimos sale del propio aparcamiento donde hay un punto de información ambiental, donde te explican las posibles rutas, que pueden ser circulares (de unas 3 horas y media) o hace una ida y vuelta a diversos puntos, sin llegar hasta el mirador.
La parte inicial es un camino asfaltado, de unos 700 metros, que de paso a una zona de bosque húmedo lleno de Tilos y helechos enormes que te lleva al mirador de Somada Alta, desde donde hay una panorámica preciosa de las montañas y el mar.
A partir del mirador, la ruta se hace algo más monótona hasta llegar al aparcamiento inicial.
En cualquier caso, una vez hecha la ruta, nos parece mucho más óptimo aparcar aquí, donde la carretera es muy ancha (y había varios coches aparcados) y empezar desde allí la parte circular de la ruta, caminando por los tilos y subiendo hasta el mirador. Con esta opción, no perdemos nada intresante del recorrido anterior, excepto la parte más sosa, que es precisamente la que evitamos saliendo desde este punto.
Al llegar a la furgoneta salimos con idea de parar cerca para comer, ya que tras la ruta estamos con buen hambre.
Y es que lo genial de ir en camper es precisamente eso, que en cualquier mirador te puedes parar y hacer la comida con buenas vistas.
Tras la comer, seguimos nuestra ruta hasta las piscinas de la Fajana en el norte de la isla, donde al ser domingo había mucha gente bañándose, por lo que decidimos esperar al atardecer para probarlas, y no todos, porque alguien se olvidó de meter el bikini en la maleta....
En las piscinas de la Fajana hay habilitado un parking para autocaravanas donde puedes permanecer un máximo de 48 horas (gratis), así que nos ponemos en primera línea para ver el amanecer al día siguiente y aprovechamos para cenar bajo las estrellas en una de las mesas de madera que tienen allí.