Después de un día de transición donde para recorrer 200 km aproximadamente tardamos todo el día, llegamos a Fort Portal nuestro siguiente destino.
En el camino vimos muchos ingenieros chinos arreglando carreteras, en el poco trecho asfaltado.
Tras hacer un pequeño safari al entrar en el parque Queen Elizabeth hacemos un paseo en barca por el canal que une los dos lagos en el que podemos ver muchisima fauna y un anochecer impresionante en el que pelícanos y cormoranes echan a volar a la puesta de sol.
De vuelta a convivir más de cerca con la naturaleza vamos a por otro safari al parque Queen Elizabeth donde madrugamos más de lo habitual para rastrear leones y colaborar así con el carnivore program que se encarga de proteger los leones del furtivismo debido principalmente a las pérdidas de ganado que ocasiona en las comunidades de alrededor.
El primer día no tenemos suerte y después de más de 6 horas de rastreo no vemos nada.
Por la tarde visitamos un cráter reconvertido en minas de sal que explota la comunidad local, de camino pasamos por un lago con flamencos. Finalizamos la tarde rodeados de los niños del pueblo.
Al día siguiente volvemos a intentar el rastreo y esta vez conseguimos ver dos leones macho, nos acompaña el veterinario encargado del programa que nos explica el proceso de rastreo y por qué lo realizan. Muy interesante la experiencia, posteriormente nos explica cómo podemos participar en el programa.
Nos desplazamos a Isaha, zona del parque Queen Elisabeth donde se ve con más facilidad a los leones trepadores, dado que hay abundantes árboles del tipo necesario que soportan sobradamente su peso.
Hacemos un safari nada más levantarnos pero no tenemos suerte, así que abandonamos el parque rumbo al lago bunyonyi donde haremos un día de actividades libres.
Estamos bastante decepcionados por no haber visto nada y al salir del parque nos encontramos con varios coches parados mirando hacia un árbol bastante lejos de la carretera, parece que hay leones pero se ven muy mal.
A pesar de estar prohibido salimos de pista para verlos de cerca y hay nada menos que seis: 3 machos, 1 hembra y 2 crías.
Después de la emoción de haber visto leones retomamos nuestro camino al lago y a los pocos metros nos para la policía para multarnos por la infracción. Eso retrasa nuestro viaje al lago Bunyonyi, donde llegamos totalmente de noche.