Llegamos al parque hacia medio día y antes de comer hicimos un safari, donde lo más destacado fue el avistamiento de jirafas.
Por la tarde hubo más suerte, tuvimos un chivatazo de avistamiento de leones y nos hicimos un fuera-pista para poder verlos. Era una leona con 5 crías y una de ellas estaba comiendo un pequeño antílope que acababa de cazar.
Al atardecer, acampamos al lado del Nilo y vinos hipopótamos muy muy cerca del campamento.
Después de cenar entorno al fuego en un lugar tan privilegiado, George, un experimentado ranger que nos acompañaba estos días, nos ameniza con historias del parque y de su etnia, que eran los habitantes del parque (a un lado del Nilo) antes de la colonización.
Al día siguiente, hicimos un safari a pie a orillas del Nilo con George y además de muchas huellas y cacas de diversos animales vimos una escuela de hipopótamos (es así como llaman a los grupos de hembras con crías).
Luego de camino al safari en barca por el Nilo para llegar a las cataratas Murchison, vimos un árbol donde el leopardo había dejado varias presas, una pena que ya se hubiese ido y no pudieramos verlo.
Comimos en la orilla viendo el comportamiento de los facoceros y los babuinos, uno de ellos le arañó a una compañera para quitarle unas toallitas que pensaba que eran comida y pasamos un poco de susto, se puso muy agresivo y daba bastante miedo.
En el barco, que nos dejaba en la base de las cataratas Murchison, vimos muchos pájaros, algunos cocodrilos y desde un pequeño embarcadero en la base empezamos el treking hacía la cima para ver las conocidas y caudalosas cascadas.
Es un paseo es muy agradable, porque se bordea la impresionante caída, aunque hace mucho calor, y la humedad hace que no dejes de sudar, además tiene bastante desnivel. Al llegar arriba el agua que rompe en la roca te salpica y quedas empapado, lo que se agradece mucho por el bochorno que hace.
Esta vez dormimos en un camping, la ducha aunque sea de agua fresca se agradece mucho y hoy por primera vez nos ha caído un chaparrón durante toda la noche.
Aprovechamos la última cena con George, ya que mañana se despide, y nos vamos a dormir con el sonido de la lluvia sobre la tienda.
Para finalizar nuestra visita a Murchison falls visitamos el bosque de Budongo, que es una reserva de chimpances.
Impresionante el paseo siguiendo a los chimpas, entre una vegetación muy densa y siguiendo las indicaciones del guía que nos acompañaba vamos caminando hacia los sonidos de la selva en un no parar durante 3 horas.
Los sonidos con los que se comunicaban, la agilidad en saltar y moverse de un lado a otro nos dejó impresionados. Una actividad que nos encantó a todos y donde se nos pasó la mañana rapidísimo.
Por la tarde, fuimos al único parque donde hay Rinos en Uganda, el Ziwa Rhino Santuary, ya que la caza masiva por su cuerno casi lo extinguió completamente.
Hicimos un safari a pie por el parque con los rangers y los vinos muy de cerca, primero descansando y luego pastando entre nosotros.
Por la tarde llegamos a Masindi, donde dimos una vuelta por el mercado local, para fijamente hospedarnos en el mítico hotel donde Catherin Herburn y Humphy Bogard estuvieron alojados mientras rodaban la reina de africa.