En los campamentos a menudo tenemos visitantes inesperados, como por ejemplo este elefante del desierto.
Estaba cenando tranquilamente en los árboles de detrás de las tiendas.
El elefante es uno de los animales más temidos, y aunque aparentemente éste era de lo más pacífico, tomamos precauciones y nos subimos al camión para verlo sin peligro.
Después de desayunar y desmontar el campamento, como hacemos cada mañana, llegamos a comer a la cataratas de Epupa, "aguas que caen" en lengua local herero.
Parece mentira que en medio de un paisaje tan desértico emerja de repente un palmeral regado por el río Kunene.
Este río es la frontera natural entre Namibia y Angola. Entre los riscos de los saltos de agua, que llegan a ser de hasta 37 metros, encontramos además de palmeras enormes baobabs.
En los campamentos después de cenar, disfrutamos de agradables sobremesas alrededor del fuego.
En algunos puedes ducharte contemplando las estrellas, una auténtica gozada!