Caminando caminando y mirando mirando, es decir, caminas, miras, sigues caminando, el cerebro piensa lo que acaba de ver... y te das la vuelta para verlo de nuevo
Así pasa muchas veces, no somos capaces de ver a la primera algo sorprendente pero unos segundos después la reacción del cerebro ya es clara...
¿Qué narices he visto?
Así es el caso de una tienda donde vemos un cartel por fuera y mirando a través del escaparate observamos las botellas del licor... el establecimiento estaba cerrado, de otra forma sin dudarlo habríamos comprado una para probar.
Por cierto, en Portugal.