Nuestros amigos Jose y Concha vienen de visita, van a probar el parapente y nos dicen si nos apuntamos... "pa qué preguntas"
Así que decidos nos vamos a probar por primera vez el tema del parapente sin saber muy bien qué esperar de ello, si supondrá un subidón de adrenalina, si pasaremos miedo, si tendremos 1 hora de instrucciones previas...
Con todas esas dudas llegamos a Villar del Arzobismo, un pueblo de Valencia donde hay una pequeña montañita donde se reunen clubs de parapente de la zona para realizar vuelos tanto individuales como con no iniciados.
Nada más llegar por un camino de 2km de subida bastante malo, vemos que hay bastante ambiente, unos cuantos coches y un no parar de salidas y llegadas.
Nosotros hemos contratado con un chico llamado Carlos nuestra iniciación, así que preguntamos y nos dicen que es uno de los que está volando con un cliente, de modo que aprovechamos para ver cómo se producen las salidas y llegadas.
Finalmente llega el momento y nuestro instructor nos hace una explicación de lo que tenemos que hacer, que básicamente es "nada", nos pone el arnés y silla y nos lleva al punto de despegue.
Ignorantes de nosotros, pensábamos que el parapente había que lanzarse por un acantilado corriendo y gritando a pulmón abierto para contrarestar la adrenalina de la caída... pero no es así, el despegue es realmente un "levantamiento" suave hacia arriba y el resto del vuelo también es igual de tranquilo y relajado, la sensación es bastante "light" en lo que respecta a la adrenalina porque vas sentado en una silla de forma muy cómoda y los movimientos no son bruscos.
De modo que tras los cortos 20 minutos de nuestra iniciación ya estamos en tierra de nuevo con una experiencia más tachada de nuestras listas.
Ahora nos ha llamado la atención probarlo en algún lugar con paisajes impresionantes, tipo Dolomitas, alpes...